
Desdibujando sueños
Te llevo tan adentro que es tortura
tu presencia en mi alma enamorada.
Es una espina honda y tan clavada
que mata sin remedio mi cordura.
Espero tu llegada con premura
y pasas sin mirarme en la alborada,
por qué hiere el amor cual dentellada
a quien lo espera llena de ternura.
Desdibujando sueños lloré tanto,
que el mar dejó sin lágrimas mi llanto,
y está sellada toda mi quimera.
No renuncio al amor, del alma brota
inundando pasiones gota a gota.
¡Oh Dios! qué soledad la del que espera.
Adelaida Hidalgo

