jueves, 7 de enero de 2010


Desdibujando sueños


Te llevo tan adentro que es tortura
tu presencia en mi alma enamorada.
Es una espina honda y tan clavada
que mata sin remedio mi cordura.

Espero tu llegada con premura
y pasas sin mirarme en la alborada,
por qué hiere el amor cual dentellada
a quien lo espera llena de ternura.

Desdibujando sueños lloré tanto,
que el mar dejó sin lágrimas mi llanto,
y está sellada toda mi quimera.

No renuncio al amor, del alma brota
inundando pasiones gota a gota.
¡Oh Dios! qué soledad la del que espera.

Adelaida Hidalgo

2 comentarios:

  1. Sólo los espíritus agrietados poseen aberturas al más allá.
    Cuando regresan destellan obras bellas como esta.

    Cálido abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias querido Paco por ese comentario tan poético que me dejas.

    Dos besos.
    Adelaida

    ResponderEliminar